En el ejercicio de mi profesión como abogado y notario, he tenido la oportunidad de autorizar matrimonios, y por otro procurar y representar en un proceso de divorcio en sus dos modalidades. Dada esta experiencia puedo afirmar que las personas se orientan más en el ámbito legal al momento de divorciarse que al momento de contraer nupcias. Podría decir que el amor nos hace ciego, algo que no es cierto.
Al momento de autorizar un matrimonio el notario tiene la obligación de dar a conocer los derechos, los deberes y responsabilidades de los contrayentes; lo cual estoy seguro que en su mayoría los notarios siempre lo hacemos. Ya que es una obligación el informar en palabras sencillas a los contrayentes, el asesorar es el pan de cada día de un profesional del derecho; siendo un requisito indispensable para nosotros y que no puede faltar en una ceremonia de matrimonio. Pero por que razón las personas no toman en cuenta esto, ya que el matrimonio es un acto solemnizado y con ese misticismo que a todos encanta. Los contrayentes pasan meses pensando en como quieren que sea el pastel, como este decorado todo, que la novia sea el centro de atención y el que diga lo contrario lo espero para debatir. Para no salirnos de tema, los contrayentes se toman muy poco tiempo para informarse y sobre todo analizar lo que conlleva casarse. Al notario se le busca dos semanas o incluso día antes de contraer nupcias.
En conclusión
Los contrayentes deberían de asistir mínimo tres veces ante el notario para informarse y tener conocimiento lo que conlleva el contraer matrimonio, puesto que es un acto importante para cada una de las partes.
Lic. Darwin Marcelo Sánchez Ramos
Abogado y Notario
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